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¿Cómo sé si mi alimentación es equilibrada?

Muy fácil, cuanto más variada sea tu alimentación, más rica, adecuada y equilibrada será. Es decir, incluye alimentos distintos en tu dieta e intenta que no todos tus platos sean iguales, sino ¡qué aburrido! Recuerda que una "alimentación equilibrada" es la que realizas en el plazo de como mínimo 1 semana y no aquella que haces un sólo día. Algunos consejos que pueden ayudarte a cuidar tu salud mediante la alimentación:

  • Elige alimentos variados.
  • Los productos ricos en hidratos de carbono deben de ser la base de tu alimentación.
  • ¡No renuncies a frutas y verduras!
  • Controla tu peso y mantente en forma.
  • Come equilibradamente: puedes reducir las cantidades, sin renunciar a ningún alimento.
  • Intenta comer siempre a la misma hora.
  • Bebe agua en abundancia.
  • Mantente activa.
  • Y lo mejor, puedes empezar hoy mismo.

Último tip, recuerda que todos los alimentos son buenos por naturaleza.

Existe una ecuación que te puede ayudar a valorar si la relación de tu peso con tu talla es adecuada:

Peso (Kg)/altura²

Por ejemplo, si mides 1,70m y pesas 60 Kg sería: 60/1,70 x 1,70 = 60/2,89 = 20,76 Si al aplicar la fórmula anterior la cifra resultante está entre 18,5 y 25, quiere decir que tu peso es el adecuado para tu talla. Ten en cuenta que no hay un 'peso ideal' ya que depende de muchos factores. No hay un peso correcto para una determinada talla, el peso puede depender de la edad, el sexo, la constirucion, etc. Para aclarar, si mides 1,70 m. y tienes un peso de 65 ó 70 kg tu peso sería igual de equilibrado que si pesaras 60 kg. Cuando la relación entre tu peso/talla, o lo que es lo mismo, el Índice de Masa Corporal (IMC) está por debajo de 18,5 o por encima de 25 debes consultar con el médico especialista, para que estudie y considere si estás en un peso adecuado o por el contrario, debes corregirlo ya sea engordando o adelgazando. Pero, más que preocuparte por pesar X kilos debes preocuparte de cuidar a tu cuerpo y tu salud mediante una alimentación saludable.

No todas las dietas son iguales. ¿Cuándo debo consultar al médico?

No todas las personas tenemos las mismas necesidades alimenticias, por lo que cuidar tu salud a partir de una dieta correcta y personalizada es esencial.

Si piensas que tu peso no es el adecuado para tu talla lo mejor es consultarlo con tu médico y él te dirá si es así o no.

Si tienes que perder peso, lo primero que debes hacer es evitar las "malas costumbres" sí, el picoteo, tomar demasiada cantidad, repetir plato, no seguir horarios regulares o no hacer ejercicio físico son algunas de ellas.

Si has corregido estas malas costumbres, pero tu peso no disminuye, probablemente el médico te proponga una restricción de calorías adecuada a ti según tu edad, actividad diaria, hábitos, costumbres, etc.

En cualquier caso, estas pautas alimentarias tienen que ser prescritas por un médico especialista y mantener las características de una dieta equilibrada.

Aléjate de las dietas milagro que aparecen en la tele y en redes sociales, con la única referencia de que la haya realizado tal o cual personaje famoso. Estas dietas suelen seguir pautas exageradas que no van a ayudarte a conseguir unos hábitos nutricionales saludables.

Siempre es necesario que las dietas sean equilibradas con un adecuado aporte de verduras, frutas, proteínas y grasas. La mayoría de las dietas que se proponen en las revistas son dietas desequilibradas y excesivamente restrictivas, ya que son bajas en calorías y no siguen ninguna recomendación de las autoridades sanitarias.

Seguro que, por ejemplo, has escuchado hablar de la dieta de la alcachofa, que da a entender que las propiedades de la alcachofa son adelgazantes, es decir, que comiendo sólo alcachofa perderás algún que otro kilo. Esto no es así, la alcachofa tiene unas características, pero no es menos calórica que otras verduras. Si basáramos nuestra alimentación en tomar calabacín, adelgazaríamos igual que tomando alcachofa.

¿Cómo tener buenos hábitos alimentarios?

Llevar una dieta equilibrada es necesario para tener unos buenos hábitos dietéticos desde un punto de vista nutricional pero también hay que tener en cuenta:

  • Masticar bien. La primera fase de la digestión empieza en la boca al masticar los alimentos y envolverlos con la saliva. ¿Sufres de malas digestiones? Masticar bien te ayudará con esta molestia.
  • Comer despacio. Con tranquilidad, siéntate cómodamente en una silla y con el plato apoyado encima de la mesa. Un truco que te ayudará: come bocados pequeños y apoya las manos sobre la mesa mientras masticas. Para que te hagas una idea aproximada: la comida y la cena deberían durar como mínimo 30 minutos, así que tómate tu tiempo y ¡bon appetit!
  • Beber agua, en las comidas o en cualquier momento, como ahora mismo, por ejemplo. Intenta evitar bebidas gaseosas, refrescos de frutas, etc. incluso los refrescos etiquetados como light.

La importancia de hacer ejercicio

Hacer ejercicio de forma regular es imprescindible para corregir o contrarrestar la vida sedentaria propia de la actualidad. Hacer ejercicio físico no es una "moda" sino una práctica saludable y necesaria para cuidar tu cuerpo y organismo. Escoge aquella actividad física que más te guste, siempre que ésta desarrolle tu cuerpo en armonía y no lo haga en partes que, ya tengas más desarrolladas por naturaleza o constitución. Si estás pensando que te va a “quitar” mucho tiempo no es así. Puedes incorporarlo en tu vida diaria: bajando del bus una parada antes o utilizando las escaleras en lugar del ascensor, por ejemplo. Otra opción es caminar unos 30 minutos al día, sin aprovechar este tiempo para hacer recados ni ir de compras, es decir, sólo para pasear. Si te gusta practicar ejercicio de forma más intensa puedes apuntarte a un gimnasio e ir 3 veces por semana, en sesiones -de una hora u hora y media- practicando ejercicios de tipo aeróbico: correr, nadar, bicicleta, etc. ¿Conoces el concepto de vigorexia? Se trata de una entidad nueva que padecen algunas personas que están excesivamente preocupadas por querer hacer una alimentación "muy sana" -sin aditivos ni conservantes-, sólo con productos naturales además de hacer mucho deporte para desarrollar la musculatura de una manera excesiva. La base de esta conducta no es mala ya que promueve la alimentación saludable y la práctica de actividad física. Pero, se convierte en una situación patológica cuando se vuelve una obsesión y condiciona la vida de la persona impidiéndole comer alimentos de los que no conoce su procedencia -con lo que no puede ir a comer fuera de casa, a los restaurantes, etc. - o bien dedicando tanto tiempo al gimnasio que puede llegar a condicionar su vida laboral o descuidar sus estudios. El ejercicio es saludable, pero, como todo con cabeza. Aun así, el ejercicio físico además de ayudarte a controlar tu peso, aumentará tu autoestima, te ayudará a dormir mejor, y a relacionarte mejor con tus compañeros... Son todo ventajas.

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